La ciudad de Turrialba está rodeada de hermosas montañas, volcanes y grandes pistas de tierra que se extienden hasta donde alcanza la vista y te dejan un horizonte día tras día de maravillosas puestas de sol.
Turrialba todavía tiene la sensación de un pueblo pequeño y muchas personas lo llaman el puerto sin mar debido a su ambiente relajado, paisajes asombrosos y sensación de pura vida. Es una ciudad que alberga algunas de las maravillas naturales más milagrosas de Costa Rica con el volcán Turrialba, el Parque Nacional Tapantí y el mundialmente famoso río Pacuare. Viaje a Turrialba un sábado o domingo y verá el verdadero significado del tiempo en familia. Todos los ríos cristalinos cercanos son visitados por familias que disfrutan de un día al sol y diversión. Es una Costa Rica que muchos extranjeros imaginan cuando visitan. También es el hogar de excelentes restaurantes de estilo rústico y algunos hoteles boutique muy pequeños pero de alta gama para aquellos de ustedes que les gusta un poco de lujo y comida gourmet de vez en cuando.
El pueblo de Turrialba está ubicado a solo 2 horas al este de la ciudad capital de San José. No hay mucha necesidad de salir de Turrialba ahora debido a los supermercados más grandes y las comodidades cotidianas que se pueden encontrar en el centro de la ciudad. La oficina municipal tiene planes de construir un nuevo hospital en los próximos años mientras se prepara para un futuro más desarrollado de Turrialba.
Turrialba es el área de Costa Rica donde no se ve alambre de púas. Es el área de Costa Rica donde dejas la puerta de tu casa abierta y rara vez te preocupas por el robo menor. También es una parte de Costa Rica que puede permitir al inversionista comprar grandes extensiones de tierra que se han utilizado para la agricultura o incluso más, que han sido intactas en la selva tropical primaria durante tantos años como pueden imaginar nuestras mentes humanas simples.
Una visita a Turrialba dejará su mente y cuerpo en un estado de paz y la sensación de que nunca querrá irse. Puede tener una casa en muchos acres, cerca de la ciudad, y aún un montón de bosque primario. La idea de ser propietario de la selva tropical primaria en Costa Rica no solo es alardear de los derechos de sus amigos urbanos, sino que también es un negocio, ya que el gobierno de Costa Rica ahora ofrece pagos anuales a los propietarios de la selva virgen. Esta idea de preservar la tierra es un negocio que nuestro planeta no puede darse el lujo de renunciar. y países de todo el mundo se mantendrán comprometidos con proyectos como este, que se convertirán en la norma a medida que Costa Rica establezca el camino para la conservación y un futuro mejor para nuestros hijos y nietos.
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