Emilia Mora
17 nov
Santo Domingo (Heredia).Las viejas casas de adobe que distinguieron a este cantón por años han ido cediendo ante lujosos residenciales, donde quienes menos viven son los domingueños.
Santo Domingo se ha ido convirtiendo en un cantón dormitorio de alta categoría, donde el precio de sus tierras se ha incrementado considerablemente, sobre todo en los últimos cinco años.
En estos momentos el precio promedio del metro cuadrado es de $150 (alrededor de ¢67.000).
De acuerdo con el jefe de avalúos de la Municipalidad, Guillermo Ibarra Báez, este es el precio usual en los nuevos residenciales que se desarrollan en el cantón.
“El monto puede variar, pero hace unos cinco años el valor por metro cuadrado era mucho menor a ¢50.000, y hay casos en que incluso se vende hasta a $160, que son más de ¢70.000, es impresionante”, comentó Ibarra.
Esta situación de los altos precios ha generado problemas a los mismos vecinos.
De lujo
éricka Linares Orozco, alcaldesa local, explicó que el cantón se ha llenado de Propiedades de Lujo y condominios, habitados por gente de otros lugares.
“Los hijos de los domingueños no tienen los recursos para comprar lotes aquí. Las nuevas generaciones han debido irse y gente de otros lados es la que ha venido a poblarnos, con el inconveniente de que no tienen ese arraigo y esa identificación con el cantón”, explicó la jerarca municipal.
El porqué Santo Domingo ha ido teniendo un desarrollo urbanístico similar al de Escazú o Santa Anta, en San José, tiene varias explicaciones.
Para unos es la cercanía con la capital y la ciudad de Heredia.
Otros señalan que la gente busca un clima agradable y no tan caliente como el de los cantones josefinos mencionados.
Pero también hay quien da mucho valor al hecho de que este cantón se vuelve atractivo para la gente por su limpieza y por tener una imagen pueblerina.
“Yo creo que es un poco de todo. Pero creo que pesa mucho el clima que tiene y la imagen de pueblo. Escazú ya se volvió muy cosmopolita, mucho bar, y Santa Ana es más caliente”, manifestó Hugo Fatjó Fermández, quien es experto en bienes raíces.
Otro factor
“Pero, definitivamente, ese ambiente urbano-rural le gusta al comprador. Está en una comunidad muy limpia, donde la gente todavía saluda, da los buenos días y la comunidad es ordenada”, añadió Fatjó.
En estos momentos, además de las casitas de adobe en la cabecera del cantón, también se pueden observar residencias que sobrepasan con facilidad el $1 millón, y ya no son tan pocas.
Es posible encontrar condominios o residenciales completos, donde el precio más bajo de una casa es de $200.000. Otras más “populares” valen unos $105.000.